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El 19 de octubre el Museo Municipal Hermanos Emiliozzi cumplirá un año desde su inauguración. El espacio de Necochea 3231 será totalmente renovado para continuar reconstruyendo la historia de los gringos.
La subsecretaria de Gestión Cultural, Agustina Marino habló con Infoeme sobre el nuevo material, a la vez que remarcó el aporte de la gente. “Fue un año por el que pasaron unas 7 mil personas. Hubo un volumen de gente de la región y de todo el país, que han venido especialmente a recorres este homenaje que hemos hecho”, señaló la funcionaria.
Se renovarán trofeos, objetos personales, diarios y se recibieron para su exhibición las primeras antiparras que usó Dante Emiliozzi cuando corrió en Ford T. También se exhibirá material audiovisual inédito del Archivo General de la Nacion de los años 1953 y 1954, donde se aprecia el viejo taller e importantes carreras ganadas por los Emiliozzi.
“Un poco lo que corona el aniversario es el préstamo de la Fundación Fangio, del auto con el que Fangio corrió en Europa”, adelantó la subsecretaria. Se trata de un monoposto SIMCA Gordini 1430, con el que Fangio participó en competencias de Fórmula 1.
Con motivo de las nuevas incorporaciones, el Museo permanecerá cerrado desde el 14 hasta el 18 de octubre inclusive. Para su reapertura el domingo 19 de octubre, se prevé la visita de Oscar “El Pincho” Castellano.
“El balance de este último año es muy positivo”, aseguró Marino. “Abrimos un espacio que no sabíamos que impacto iba a tener. Sí sabíamos que Olavarría lo pedía y fue una sorpresa recibir parte de gente de la Argentina y de la región que se tomaba un día para recorrerlo”, sostuvo.
Algunas de las nuevas piezas son colaboraciones de la gente, de coleccionistas. “Hemos armado el rincón del hincha que surgió después de inaugurado por un pedido puro de la gente. Había historias que queríamos mostrar y que la gente quería que esté”, declaró.
Por último, dijo que “nosotros aportamos el 50 por ciento y la gente el otro 50. La ha dado una vida al museo que no nos habíamos imaginado. Fue muy difícil que nos dieran piezas al principio pero con la repercusión nos empezaron a traer cosas increíbles, gorras, piezas mecánicas que Tito y Dante les habían cedido, algunos premios. Lo que necesitaba la ciudad era confiar en el espacio”, concluyó Agustina Marino.