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Mauro Szeta, especial para Infoeme
El tema no es sencillo. Es cierto que los policías ganan poco, es cierto que tienen derecho a reclamar, pero también es cierto que no pueden hacer paro y no pueden sindicalizarse.
Un acuartelamiento puede ser cultivo para liberar zona y que el delito se multiplique. Lo que pasó en Córdoba basta como ejemplo. El reclamo de aumento salarial no es nuevo, viene desde hace rato.
En Catamarca se dio una paradoja, los gendarmes y prefecturianos que hace un año se acuartelaban y reclamaban por mejores salarios, terminaron reprimiendo la protesta de policías provinciales que reclamaban lo mismo que ellos un tiempo atrás.
La imagen más dantesca del conflicto llegó desde La Plata. En medio de la protesta de unos 200 acuartelados, apareció un supuesto policía de inteligencia y la cosa terminó a los tiros.
Según los acuartelados, el infiltrado sacó un arma, hubo un forcejeo, un tiro, y uno de los manifestantes terminó herido de bala en una mano. Patético, sin palabras.