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Producción: Enzo Russo / Andrés Arouxet, especial para Infoeme
Sin dudas que Nicolás Pezzucchi y Agustín Herrera viven un gran momento deportivo. Los dos son animadores de sus categorías, pelean por el campeonato y se han ganado el respeto – admiración de muchos olavarrienses.
No son amigos pero tienen una gran relación entre ellos. En una entrevista exclusiva con Infoeme en el flamante Museo Municipal “Hermanos Emioliozzi”, se divirtieron, jugaron a manejar autos del ayer, se empaparon de la historia grande de los Gringos de Olavarría y hablaron de todo.
“Trato de imaginarme como fueron estos momentos que vivieron los Emioliozzi. Te da alegría ver el trabajo que hacían, lo queridos que eran en Olavarría, nadie habla mal de ellos. Siempre fueron unos laburantes y lograron cosas tremendas con las herramientas y se la rebuscaban para hacer todo ellos. Hoy se profesionalizó mucho todo y parece imposible en estos tiempo”, fueron las primeras palabras del piloto de la Clase 2.
Y Nicolás agregó que “son otras épocas. Cuando recorrimos el museo observamos que ellos hacían las bielas y otras cosas más que fabricaban. Eso hoy es imposible por costos, tiempo… la realidad es que te conviene comprar hecho para ahorrar problemas”.
“Ojalá algún día podamos llegar a Olavarría y que la avenida Pringles esté llena de gente para recibirnos, como les pasaba a ellos. Tengo algún recuerdo de lo que tío (Chueco Romero) y siento que se perdió un poco la pasión pero tanto a mí, como a Nico, cuando ganamos y ver diez personas que te están esperando para recibirte es más emocionante que ganar la carrera misma”, dijo Agustín.
Pero los olavarrienses “están esperando tener un piloto en las principales categorías del automovilismo nacional. No importa si soy yo, Agustín o cualquier otro. Muchos quieren volver a revivir esas épocas. Inclusive hubo gente que me contaba que en estos años hinchaban por un auto de color amarillo porque le gustaba como estaba presentado. Desde que se fue el Chueco (Romero), no hubo nadie que genere en la gente lo que él lograba”, entendió el piloto del TC Pista.
Además contaron cosas que le pasan propias de la popularidad que están alcanzando. “Hay gente que te frena en la calle, te ponés a charlar y no sabés quién es pero esa persona sabe un montón de nosotros. Eso te da el automovilismo. Hoy estamos en uno de los mejores momentos, en categorías importantes y la gente está un poco más pendiente de nosotros”, expresó Herrera.
Claro que Pezzucchi confirmó sus dichos y observó “que la gente está muy enchufada con nosotros. Un domingo corro yo y al otro domingo le toca a él. Eso está bueno que no competimos en la misma fecha. Estar prendidos en el campeonato nos suma un montonazo”.
El balance de la temporada para Nicolás “es muy positivo. No pensaba estar en el momento que hoy me toca vivir. Arranqué el 2013 tratando de correr, aprender, era todo nuevo para mi. Obvio que todos quieren pelear adelante pero la categoría es pareja. La adaptación no me costó porque tengo un buen auto y esto son carreras de auto”.
Y fueron cautos para pensar en lo que viene. El piloto del TC Pista quiere “terminar el año y después se verá. La ilusión del TC está pero hoy la veo imposible por una cuestión de presupuesto. Para pasar hay que estar bien armados, con un buen equipo. Esto último lo tengo pero la plata no. Para ir al TC correr dos carreras y después dejar, no me sirve. Le pasó a otros pilotos esto mismo”.
El objetivo de Agustín es el mismo: “Terminar el año lo más arriba posible. Ser campeón es muy difícil y es una circunstancia. Hacer una temporada como la que venimos haciendo con Nico es muy meritorio pero para llegar al 1 es complicado. Pelear el campeonato y no ganarlo es feo. También hay que ser conscientes que el país está en una situación complicada y nosotros podemos correr en estas categorías que no son baratas, somos unos privilegiados. En el 2014 me gustaría pasar a la Clase 3 pero dependerá del presupuesto y haremos lo imposible para llegar a eso” aseguró.
Así piensan y sienten los dos pilotos más queridos por los olavarrienses en la actualidad. Mirando de reojo la consagración de los Emiliozzi, sueñan con seguir la huella que dejaron alguna vez los propios Gringos, por cierto la que los llevó a la consagración.