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“La obra de Aitala es un como un nido de injertos efervescentes conviviendo armónicamente para dar cobijo y sostén a una mente que bordea y cae en la bipolaridad, es la traducción despreocupada que hace un químico sobre la palabra felicidad y los modos de llevarla a cabo.
Su pintura es un virus dentro del sistema de GPS del pensamiento, frente a su obra uno siente que está de visita en un parque en el cual hay más catálogos de mapas que lugares a visitar.
Tardé un tiempo en descubrir y aceptar que su obra es eso, diferentes traducciones a una misma cosa que en realidad quizás ni exista, como un verso mudo pero presente de miles de guías frente a “algo” que es poco (creo), pero que es difícil de dejar de mirar.
Aitala poliniza su obra, la abre, la rebalsa de postizos y le da una nueva ubicación, la llena de flores de diferentes naturalezas y regiones pero Aitala no es las diferentes flores, Aitala es el jardinero transgénico que abandonó los libros para viajar en la acción de su corazonada.
No siento que arriesgue mucho en cada obra. -nos dice-, pero el riesgo es una escalera mecánica subida en contra, un axolotl que se come sus propias patas desafiando a que le crezcan, el riesgo toma el tinte de la mirada pacata que lo arrope, encandila o anestesia de acuerdo a cada cual. Y Aitala toma un riesgo del cual parece no hacerse cargo, pretender de su pintura una obra feliz”.
Así describió Julietina Ribas Quesada la muestra “Translation” del artista olavarriense Benjamín Aitala en la Galería Isabel Anchorena, en Capital Federal.
La exhibición estará en el espacio de Recoleta desde el 5 de noviembre al 22 de diciembre.