Ante una buena concurrencia, Alejandro Dolina se presentó este domingo en el Teatro Municipal con su programa radial "La venganza será terrible".
El espectáculo se dio en el marco de la gira por el 30º aniversario del ciclo, ya convertido en un clásico de la trasnoche en la radiofonía argentina.
Dolina estuvo acompañado en esta oportunidad por Patricio Barton y "El trío sin nombre" (Martín Dolina, Manuel Moreira y Ale Dolina).
Antes de su presentación en la sala local, Alejandro Dolina tuvo un mano a mano exclusivo con Infoeme, donde habló de todo.
¿Qué diferencias hay entre el Dolina que arrancó en el Tortoni y el actual? ¿Hubo un crecimiento a nivel personal y a nivel público?
"Crecimiento tiene que haber ocurrido, porque sería triste que no hubiéramos aprendido nada en todos estos años".
"En cuanto al público, se han modificados sus hábitos más que sus números. Posiblemente ha crecido el número pero no está concentrado como antes, la gente ya no sale como antes y menos a la hora en que nosotros hacemos el programa".
"Las funciones de todos los días son menos concurridas que antes. El rating es más o menos parecido. Las presentaciones que hacemos por ahí, en general son un poco más exitosas que antes".
"El programa no es tan divertido como antes, es más complejo. A mi ya no me divierten algunas cosas. Antes el programa era más alegre, más lleno de chistes. Ahora hay menos, pero porque yo he cambiado".
¿Influye su estado de ánimo en el programa?
"No, no debería influir. Seguramente de alguna manera influye pero hay que prepararlo de tal modo que el estado de ánimo no influya. Bueno sería que uno viniera de mal humor y empezara a hacer un programa lleno de malas contestaciones... Uno debe estar preparado, el profesionalismo consiste más o menos en eso: en no dejar que nuestro estado de ánimo influya en lo que hacemos".
¿Por qué eligió Olavarría para presentarse?
"A mi me gusta venir mucho a estas ciudades. Especialmente a las ciudades como esta que son más grandes, de una naturaleza más compleja. Pero básicamente porque yo soy de una de estas ciudades, yo soy de un pueblo pequeño como es Baigorrita, vecino de una ciudad grande como Junín".
"Yo no soy un porteño. En mi casa siempre se ha hablado el mismo lenguaje que se habla aquí, en estas ciudades. Teníamos la misma manera de reírnos, un discurso acaso no demasiado frecuentado por los medios de comunicación. La forma en que se habla en nuestros lugares de origen no está mucho en la televisión, ni siquiera en las artes".
"Estas clases de ciudades son difíciles de conmover, justamente por la forma de ser y de hablar que tiene la gente de acá. Entonces llegar aunque sea por un momento al corazón de esta gente tan inteligente y tan exigente no es fácil".
Bueno, el público que lo escucha a usted es un público inteligente...
"Espero que si. Pero también pienso que si fuese verdaderamente inteligente no me escucharía (risas) Tendría por lo menos la lucidez de no escucharme".
¿Qué piensa del horario del programa? ¿Le gustaría hacerlo más temprano?
"Hay un problema que es la asistencia. La gente no sale tan tarde y en consecuencia los lugares que acompañan tampoco están abiertos. Cuando nosotros hacíamos en aquel tiempo el programa en lugares lejanos, se llenaba igual porque la gente tenía la costumbre de salir tarde. Y salían de ahí y por ahí en la esquina había un restaurant abierto, o un bar. Hoy en día en Buenos Aires a las dos de la mañana no hay nada abierto. La calle Corrientes es un desierto".
"Entonces nosotros muchas veces, en general en todas las giras, hacemos el programa más temprano. Estamos pensando hacerlo con la gente más temprano y después pasarlo a las 12 de la noche. Es una de las posibilidades que estamos pensando porque la gente no tiene las costumbres que tenía antes".
"Ahora vos ves tipos que se van a la mitad del programa y vos decís ¿qué pasa, no les gusta el programa? No, no tiene más colectivo para volverse a la casa".