Son las 19 hs. Suena el himno argentino en el Arena Carioca. El público nacional está exultante. Cantan, saltan y le dedican el pase a cuartos de final a Brasil. Nicolás Laprovittola, Emanuel Ginóbili, Carlos Delfino, Roberto Acuña y Luis Scola, los cinco titulares. Descansa Andrés Nocioni y Facundo Campazzo. 19:05 hs. Tremendo arranque de la Generación Dorada que se refleja en un parcial de 8-0.
La furia inicial se desvaneció rápidamente. España reaccionó de la mano de Rudy Fernández y, utilizando la potencia física de Pau Gasol, se acomodó en el marcador. Promediaba el primer cuarto y Sergio Hernández hizo ingresar a Campazzo y a Nocioni. Pese a la ya segura clasificación a cuartos de final, Argentina quería ganar el partido. El objetivo era evitar al mejor equipo del mundo sin depender de nadie. España cerró el primero 25-15.
El comienzo del segundo cuarto fue una fotocopia del anterior. Los europeos manejaron el ritmo del partido, distribuyendo la pelota a lo ancho del terreno de juego, apostando a la precisión de Rudy Fernández y a la altísima efectividad de la línea de triples de Juan Carlos Navarro. El segundo parcial fue 48-35 para España.
El desgaste post Brasil se notó. Ginóbili jugó casi la mitad del encuentro, Nocioni y Campazzo alternaron, y Scola, uno de los titulares que más minutos disputó, tuvo poca movilidad. El tercer y cuarto período sólo sirvió para observar jugadores a futuro, como por ejemplo, a Nicolás Brussino, flamante refuerzo de Dallas.
Las agujas del reloj marcan las 20:45 hs. Argentina acaba de perder por 19 puntos. La gente sigue cantando. Ginóbili y el Oveja conversan mientras caminan rumbo al vestuario. Alrededor de la medianoche se sabrá cuál será la posición final. Dependerá del resultado del partido entre Croacia y Lituania. Si los lituanos triunfan, la Generación Dorada se medirá ante Australia. Si pierden, habrá que pelearla ante el rival que todos quieren evitar, el 14 veces campeón olímpico, Estados Unidos.